Reflexiones junto a Ian Curtis.

Hola a quienes siguen el blog.


Esta tarde después de mirar algunos documentales sobre New Order y Joy
Division me quedé a reflexionar un rato sobre porqué pasan las cosas y
no son exactamente coincidencias.


Sinceramente no me gusta pensar en lo que hubiera ocurrido si en el
último instante Ian Curtis hubiera decidido continuar viviendo, quizás
lo que ocurrió aquel 18 de Mayo del 80 solo se movería en la línea
temporal unos dos o tres años más adelante,, no lo sé.


Creo que a nadie le gusta pensar sobre eso, Bernard Sumner siempre
dice que no le molesta que le pregunten sobre Joy Division pero su
lenguaje corporal dice a gritos lo contrario, a 6 lustros de
distancia, le sigue pesando, probablemente no lo que en los primeros
años pero si se nota que es una herida que los de la nueva orden van a
llevar siempre consigo.


Siempre que me encuentro con esa imagen de Ian en un escenario, con su
voz grave y sus movimientos frenéticos me acuerdo de una muy añeja
frase que leí alguna vez en el tan atinado discurso de Mafalda la niña
y conciencia de todo y todos.

"¡Paren el mundo que me quiero bajar!"

Suplicaba mientras la tierra vertiginosa nos conducía a las 20,000
revoluciones por minuto; Creo que Ian también quería parar el mundo
pero como no lo consiguió, decidió como último recurso saltar de él.


Nos dejó como legado la letra perfecta, y el inicio de una nueva
orden,; nos aconsejó que nunca nos apartáramos en silencio y nos
advirtió que el amor nos destrozaría, cosa que al final a todos los
seres humanos nos a ocurrido alguna vez.


Si lo vemos desde una perspectiva tan claroscuro como la suya todo
viene encajando en un rompecabezas al que le falta la última pieza y
tristemente, esa última pieza se la llevó él cuando decidió saltar del
mundo hacia las estrellas, la leyenda y el mito.